¿Con qué frecuencia es necesario acudir al dentista para una limpieza dental? ¿Basta con una vez al año o hay que hacerse más de una? ¿Qué ocurre si se hace la limpieza cada dos o tres años?

La respuesta a esta pregunta no es única. Es el especialista quien debe aconsejar cada cuánto debe una persona someterse a una limpieza bucal, lo que dependerá de la edad y del estado de salud bucodental de cada uno, como factores principales.

En este sentido, las personas con las encías sanas y con sólidos hábitos de higiene oral es muy probable que no necesiten hacerse una limpieza dental más que una vez al año. Sin embargo, puede que haya personas que necesiten revisiones trimestrales, para valorar la evolución de su higiene dental.

¿Para qué sirve la limpieza dental?

Muchas personas se preguntan para qué es necesario someterse a una limpieza bucal si ya mantienen una higiene oral adecuada y completa. Pero lo cierto es que la principal función de las limpiezas bucales no es eliminar manchas, sino prevenir enfermedades que se pueden producir por la acumulación de sarro en las encías o en el cuello de los dientes.

El sarro es mucho más que suciedad acumulada. El sarro es una película de minerales que se ha endurecido bajo la que se acumulan bacterias y que, una vez que se ha adherido al diente, no sale con el cepillado diario, sino que necesita una intervención por el especialista para eliminarlo.

Más vale prevenir

El sarro, además de ser tremendamente antiestético y causar caries, ademas de la enfermedad periodontal, antiguamente conceda como piorrea, es muy peligroso para la salud, puesto que el cuerpo reacciona tratándolo como lo que es: un agente patógeno. Al estar formado por bacterias, el sarro es combatido por el cuerpo como lo haría en cualquier otro caso: causando inflamación y sangrado.

Pero además del dolor y el sangrado de encías, el sarro aumenta el riesgo de piezas dentales. Por otra parte, el sarro aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades que a primera vista no parece que estén muy relacionadas, como diabetes, enfermedades cardiovasculares o demencia, entre otras.

¿En qué consiste una limpieza bucal?

La limpieza bucal es un procedimiento sencillo que no requiere anestesia. Aunque puede resultar un poco molesto para algunas personas, por lo general la limpieza bucal es un procedimiento indoloro. Sin embargo, es muy probable que, tras la profilaxis, se sienta cierta sensibilidad en las encías durante unas horas, debido al trabajo de higiene realizado. En cualquier caso, esto es algo normal que para nada altera la rutina del paciente.

 Para realizar la limpieza bucal, el dentista utiliza herramientas especiales que le permiten acceder al sarro acumulado en los dientes y entre las piezas. El tamaño y forma de estas herramientas dependerá del lugar donde estén depositados los sedimentos y del tamaño de los mismo. Los depósitos de sarro se eliminan con ultrasonidos con pequeña irrigación de agua, que en ningún caso dañan los dientes,y un aspirador va retirando toda la placa, el agua y la saliva que se produce. Una vez eliminado todo el sarro, el dentista limpia y pule la superficie de los dientes.

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